Los cribados son una de las armas más consolidadas en el abordaje de la salud pública. Más allá de los prenatales, los vinculados a cáncer de mama y cáncer de colon son los más recurrentes cuando se habla de las virtudes de estas herramientas. Reconocidos como efectivos por la mayorÃa de profesionales sanitarios, y por todas las administraciones, cuentan también con algunas voces crÃticas, que dudan de su balance riesgo-beneficio.
Ruthe Vera, presidenta de la SEOMEn este contexto, los cribados han sido protagonistas, entre otros muchos temas relacionados con la salud pública, en la reunión anual de la Sociedad Española de EpidemiologÃa (SEE), que se celebró la semana pasada en Lisboa. Una de las mesas redondas trató su presente y su futuro, con una clara conclusión: son tan adecuados hoy dÃa como mejorables a corto-medio plazo. Consultada por DM, asà lo señala también la presidenta de la Sociedad Española de OncologÃa Médica (SEOM), Ruth Vera.
Según explica a este periódico Isabel Portillo, del grupo de cribados de la SEE y coordinadora de los cribados en el servicio Vasco de Salud (Osakidetza), la clave del manejo de los cribados es la evaluación, “una herramienta inherente a los propios cribados que es fundamental para su desarrollo e implantaciónâ€.
Hace ya cinco años, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud aprobó, con consenso entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, la implantación de tres cribados en cáncer: mama, colon y cérvix. El primero está totalmente desarrollado, el segundo aún sufre cierta heterogeneidad en su aplicación y el tercero es el que aún debe aterrizar en el SNS.
La clave era que los tres fueran poblacionales, es decir, con pautas y regularidad igaul para todos los ciudadanos implicados para todos, y no oportunistas, es decir, ligados a un cumplimiento puntual.
Isabel Portillo: “A menor nivel socioeconómico, menor acceso al cribado; queremos disminuir las desigualdades socialesâ€
PaÃs Vasco es la punta de lanza en la implantación del cribado de cáncer de cérvix como herramienta poblacional, no oportunista. Desde el pasado junio, esta comunidad trata de abrir la puerta para que otras la sigan, con una idea común, según ha confirmado el propio ministerio: la introducción en este cribado de la prueba del VPH, además de la citologÃa.
Isabel Portillo, de la SEEPortillo reconoce que los cribados juegan con trabas como los posibles falsos negativos y el hecho de someter a pruebas sà o sà a población sana, pero asume que “hay que evaluarlos y comprender los riesgos para mejorar en el abordajeâ€.
La voluntad es evaluar más para mejorar: “Queremos disminuir las desigualdades sociales, porque a menor nivel socioeconómico, menor acceso al cribado. Y a más alto nivel, más apego por el oportunista. Mejorar es aún un caballo de batalla, porque no es fácil evaluarâ€.
De esta forma, dos son los objetivos: extender los cribados –los que tengan evidencia, que no es el caso de próstata, por ejemplo, mientras que ovario, estómago y, más allá del cáncer, hepatitis, se están estudiando– e individualizarlos.
Ruth Vera: “La medicina de precisión permitirá seleccionar mejor la población de los cribadosâ€
Por su parte, la presidenta de la SEOM se suma al “apoyo a los cribados poblacionales, pero no a los oportunistas, que representan uno de los problemas que tenemos en la actualidadâ€. Está convencida de que su aplicación “impacta en la supervivencia del cáncer, porque cuanto antes se detectan los tumores, menor es su estadio y más posibilidades de curaciónâ€.
‘Prevenir’ la terapiaA su juicio, el diagnóstico precoz “es mejor arma que los tratamientosâ€. Vera considera que no se pueden establecer cribados poblacionales sin rigor cientÃfico, y pone el ejemplo del cáncer de próstata: “No hay datos concluyentes. hay algún estudio con resultados positivos, pero otros los arrojan negativosâ€â€.
La oncóloga, igual que Portillo, asume que cribar a toda la población en busca de unos pocos tumores puede no ser lo ideal, pero que hoy dÃa es una herramienta recomendable: “Merece la pena hacerlo aunque no sepamos si va a ser cáncerâ€.
Pensando en el futuro, la presidenta de la SEOM confÃa en que avances como la medicina de precisión “permitan seleccionar mejor la población de los cribadosâ€.
En EEUU ya se están empezando a utilizar marcadores genéticos en mama para afinarlo, y la biopsia lÃquida puede ser otro arma en el futuro. Puertas que se abren que, si la evidencia las acompaña, podrÃan ayudar a optimizar los cribados.
La autocrÃtica tiene cabida obligada: “Se hacen pruebas a mucha gente que no tiene nada. La pregunta del millón es cómo seleccionar mejorâ€.
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